En junio lo contamos. En un año en el que habían fallado todas las misiones a la Luna, China logró completar la misión más difícil desde Apolo 17. Dicho de otra forma, la misión Chang’e-6 convertía a China en la primera nación en traer a la Tierra muestras de la cara oculta de la Luna. Las primeras noticias y evaluaciones ya arrojaron evidencias sorprendentes, como la existencia de carbono puro. Ahora, desde el país asiático llega otra pista desconocida.
La noticia. Se ha publicado el primer artículo de investigación basado en el nuevo suelo lunar extraído en la misión china y publicado en la revista National Science Review. En el mismo, se detalla las características físicas, minerales y geoquímicas de las muestras de Chang’e-6, destacando, por ejemplo, la menor densidad y la estructura más porosa de la nueva muestra. Al parecer, en esta zona el suelo es distinto, más gris y rocoso, sobre todo en comparación con las de Chang’e-5.
De la luna a la tierra. El proceso que han llevado estas muestras desde su lugar de origen hasta los laboratorios en China ha sido complejo. Tal y como ha contado la emisora estatal CCTV, las muestras fueron selladas en contenedores especiales en condiciones de vacío en la superficie lunar. Después de regresar a la Tierra, tomó alrededor de dos meses abrirlas, clasificarlas y separarlas en porciones más pequeñas adecuadas para experimentos.
A este respecto, Li Chunlai, diseñador jefe adjunto de la misión Chang’e-6 le explicó al medio que primero separaron los fragmentos de roca de más de 1 mm porque “era probable que hayan sido expulsados de otros lugares. El método de estudio de estos fragmentos difiere del de las muestras de polvo”. Curiosamente, lo primero que constataron es que las muestras de Chang’e-6 parecen tener más fragmentos de roca en comparación con el suelo recogido en la misión anterior.
Un cráter de impacto. Es la primera de las hipótesis que barajan los investigadores chinos. La presencia de un cráter de impacto de unos 50 metros junto al lugar de aterrizaje de Chang’e-6 explicaría tal acumulación de fragmentos en las muestras recogidas.
El primer estudio. En cuanto a ese primer trabajo publicado la semana pasada, los titulares se los llevan las características físicas, minerales y geoquímicas de las muestras en la cara oculta. ¿La razón? Como decíamos, son diferentes a las que se conocían hasta ahora, ya que se destaca una menor densidad y una estructura más porosa de la nueva muestra.
“Esto se debe a la presencia de una cantidad significativa de material blanco, incluidos más minerales de feldespato, y una mayor cantidad de fragmentos de vidrio, lo que hace que parezcan más claros en general”, ha explicado sobre el hallazgo Li.
La “fiabilidad” china vs la NASA. La misión Chang’e-6 de China es un hito espacial, pero no exenta de polémica. La NASA ha elevado la voz al afirmar que China no invitó directamente a sus científicos a participar en la investigación del suelo lunar. Después de que las muestras fueran transportadas a un laboratorio especial para su posterior estudio, la portavoz de la NASA Faith McKie dijo a los medios que, si bien China trabajó con la Agencia Espacial Europea, Francia, Italia y Pakistán en la misión, “la NASA no fue invitada a participar en la sonda lunar”.
No solo eso. Según la agencia espacial, tampoco recibieron “ninguna invitación directa” para estudiar las rocas lunares de China, después de que dieron la bienvenida a los científicos de todo el mundo para que solicitaran estudiarlas, subrayó McKie.
La respuesta china. China ha respondido a la duda velada estadounidense con un dato. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, dijo al medio Global Times que ellos están abiertos a tener intercambios espaciales con Estados Unidos, y también dan la bienvenida a los países de todo el mundo para que participen en el estudio de las muestras lunares.
“Sin embargo, la parte estadounidense parece haber olvidado mencionar su legislación nacional, como la Enmienda Wolf. La verdadera pregunta es si los científicos e instituciones estadounidenses tienen permitido por su propio gobierno participar en la cooperación con China”, ha explicado el mandatario.
La enmienda Wolf. También conocida como Enmienda Wolf-Dickey, es una disposición legislativa que impide a la NASA y otras agencias del gobierno de Estados Unidos colaborar o participar en actividades conjuntas con China, específicamente con entidades vinculadas al gobierno o al Partido Comunista. La misma fue impulsada por el congresista republicano Frank Wolf en 2011 y se incluyó en el presupuesto del gobierno para restringir cualquier tipo de cooperación espacial entre ambos países.
De fondo, la preocupación estadounidense por la seguridad nacional, ya que muchos legisladores temen que la colaboración con el país asiático en temas espaciales podría derivar en el robo de tecnología o en amenazas a la ciberseguridad y la defensa estadounidense.
El problema, por supuesto, es que choca con los intereses de la NASA. A día de hoy, y a pesar de las críticas por limitar la cooperación científica, la enmienda sigue vigente.
Imagen | CNSA, Xinhua
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La noticia
Tres meses después de regresar de la cara oculta de la Luna, China revela un secreto: el suelo y la roca son diferentes
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Xataka
por
Miguel Jorge
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