Hace menos de un año, Stellantis llegaba a un acuerdo con Leapmotor. La compañía china de coches eléctricos era una de las que más perspectivas de crecimiento tenía y el conglomerado de automóviles liderado por Carlos Tavares tenía grandes esperanzas puestas en ella.
A pesar de sus continuas críticas a los coches eléctricos chinos e, incluso, cesar sus negocios en el país, Tavares hacía público un acuerdo por el que Stellantis fabricaría y distribuiría los coches de Leapmotor fuera del país asiático.
El movimiento parecía que sólo podía reportar beneficios a ambas partes. Por un lado, Leapmotor desarrollaría los coches y produciría el coche base para venderlo en China. Stellantis comercializaría el mismo producto, más barato que el europeo, fuera del continente asiático.
El conglomerado automovilístico no verá beneficios de lo que se venda en China y la división china de Leapmotor tampoco lo verá de lo que se venda fuera del país. Al mismo tiempo, el fabricante chino gana presencia internacional sin gastar dinero en distribuidoras o levantar su propia red comercial y Stellantis no invierte en el desarrollo del producto y utiliza sus propios concesionarios para poner un coche en el mercado con un riesgo mínimo.
Una jugada maestra que los aranceles amenazan con hacer saltar por los aires.
Stellantis, Leapmotor y los aranceles
Con todo esto en mente, Stellantis había empezado a mover fichas para vender sus coches eléctricos chinos en Europa. Con los aranceles sobrevolando, había dos posibilidades: vender los coches y asumir los aranceles para mantener los modelos en precios atractivos o fabricar en Europa y venderlos sin el coste de asumir dichos aranceles.
Esta segunda opción es la que parecía más evidente para Stellantis. El conglomerado automovilístico está pensando en reducir la producción de sus vehículos en Europa.
Aseguran que las nuevas normativas anticontaminación les obligarán a poner en el mercado menos vehículos de combustión, lo que implica despidos y reducciones de jornada. Son precisamente los automóviles sin electrificar y de tamaño pequeño (que tienen un margen de beneficio más pequeño) los que se verán más afectados por los nuevos límites que entran en vigor en 2025.
Para paliar este problema, Stellantis se había propuesto fabricar estos coches de origen chino en Italia, garantizando trabajo para la planta de Mirafiori que está en peligro. La otra opción era montarlos en Polonia, como ya está haciendo. En ambos casos, es clave para el conglomerado poner en el mercado eléctricos a un precio más asequible ya que éstos le ayudarán a rebajar los límites de emisiones generales en Europa y aliviar las posibles multas.
Sin embargo, las presiones del Estado chino a sus fabricantes para que pausen sus inversiones en Europa pueden haber dado al traste con gran parte de la estrategia. Hay que recordar que China ha denunciado los aranceles a sus coches eléctricos a la OMC. Entre otros motivos, una de sus líneas rojas era que las barreras económicas se aplicaran individualmente por fabricantes, lo que favorece a Tesla frente a SAIC a los que separa casi un 30% de diferencia en la aplicación de los aranceles.
Fabricante
arancel adidional
SAIC
35,3%
Geely
18,8%
BYD
17%
Tesla
7,8%
Otros fabricantes que cooperaron
20,7%
El resto de los fabricantes
35,3%
Esto ha supuesto un enorme problema para Stellantis porque, como decíamos, pretendía fabricar sus coches eléctricos chinos en Polonia e Italia. En ambos casos, estos países votaron a favor de imponer los aranceles a los coches venidos de China, pese a las presiones del país asiático.
Además, como en el caso de Chery en Barcelona, Stellantis está montando estos vehículos completamente eléctricos en Polonia, lo que no quiere decir que los esté fabricando. El proceso se parece más al de montar un puzzle que producir el coche desde cero. A Polonia llegan grandes piezas ya fabricadas en China que aquí sólo se montan para dar forma al vehículo. Un tipo de fabricación que la Unión Europea avisa que puede no ser suficiente para saltarse los aranceles si no se amplían las inversiones en terreno europeo.
De momento, los medios polacos ya confirman que la planta ha pausado los planes que tenían para el futuro. Aseguran que de la fábrica saldrá el Leapmotor T03 pero que el resto de modelos eléctricos tendrán que esperar a nuevos movimientos de la Unión Europea y China.
En estos medios se asegura que la Agencia Polaca de Inversiones y Comercio ha recibido el aviso de que “Leapmotor suspende sus inversiones en nuestro país. El inversor explica que esta información es el resultado de la decisión del Ministerio de Economía de China”.
Foto | Leapmotor
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La noticia
Stellantis ya siente el castigo chino por los aranceles. Leapmotor era su jugada maestra en Europa y ahora es todo un problema
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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