Oscar Wilde aseguraba que: “no hay una segunda oportunidad para una primera impresión”. Distintos estudios psicológicos han profundizado en este fenómeno y se ha determinado que el cerebro decide en poco menos de siete segundos si la persona que tienes delante es de tu agrado o no.
Según los estudios del nobel Daniel Kahneman y Amos Tversky, esa primera impresión será el detonante del sesgo de anclaje que condicionará tu relación con esa persona. Pero, ¿qué ocurre cuando esa primera impresión es a través de Zoom?
Ya no basta con vestir bien para las entrevistas
Elegir un vestuario adecuado, u ofrecer buena presencia en una entrevista de trabajo, son factores que, aunque no sean determinantes para el puesto al que postula, sí lo es a nivel cognitivo para quien te entrevista, incluso cuando esa entrevista se hace de forma remota a través de una videollamada.
Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cornell en EEUU, el efecto de las impresiones a través de una videollamada es equivalente a las que se tienen en persona. La mayor diferencia es que, en el caso de la videollamada, la calidad de audio y video de la transmisión serán un factor decisivo en la formación de esa impronta.
Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos. En el primero de ellos, se organizaría un encuentro presencial entre ellos en los que, por parejas, interactuarían durante dos minutos. Después, los participantes completarían una encuesta de personalidad sobre las personas que habían conocido.
Con los otros dos grupos se repitió el mismo proceso, pero en lugar de ser encuentros cara a cara, serían a través de una videollamada por Zoom, y en la encuesta posterior, además de responder sobre la personalidad de las personas con las que habían estado hablando, se puntuaría también la calidad de audio y vídeo de la conexión.
Zoom no es una barrera: el audio y el vídeo sí
Tras analizar los resultados, los investigadores descubrieron que, en lo que respecta a la percepción de la personalidad, las entrevistas a través de Zoom no era impedimento para dejar su impronta en el entrevistador.
Las respuestas de los participantes en las entrevistas online eran igual de precisas en sus respuestas que las que lo habían hecho cara a cara. Además, los participantes en las entrevistas online con buena calidad, encontraron igual de agradables a sus compañeros que aquellos que se conocieron en persona.
Sin embargo, aquellos participantes que experimentaron una peor calidad en la imagen o el sonido durante la entrevista, sí mostraron dificultades para responder al cuestionario sobre la personalidad de la persona que se encontraba al otro lado. Además, los participantes que tuvieron una peor calidad de imagen o sonido durante sus entrevistas no consideraron a sus compañeros tan agradables como los participantes que sí habían tenido buena calidad o que habían tenido las entrevistas cara a cara.
Los investigadores ofrecen dos hipótesis para este empeoramiento en la percepción de la personalidad tras una videollamada con mala calidad de audio o vídeo. Por un lado, vinculan los retrasos en la transmisión del audio, o en la mala calidad de imagen, un incremento en la frustración con la experiencia de interacción, bloqueando la comunicación personal.
Por otro lado, esta peor valoración se asocia a equipos tecnológicos de peor calidad (y coste) por lo que estaría condicionado por la percepción de un estatus inferior.
En cualquier caso, los investigadores de la Universidad de Cornell aseguraban que: “Las pantallas pueden ofrecer una ventana suficientemente transparente y de color rosa a la personalidad de otra persona, pero incluso fallas menores de audio y video pueden difuminar esa ventana, nublando la formación de impresiones”.
Imagen | Unsplash (LinkedIn Sales Solutions)
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Siete segundos para decidir si eres apto para un puesto: ni el mejor outfit te salva de una mala conexión en Zoom
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Rubén Andrés
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