EEUU y sus aliados se toman las amenazas de Rusia muy en serio. En junio Dimitri Medvedev, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, publicó un comunicado en Telegram en el que baraja abiertamente la posibilidad de que su país decida dañar los cables de comunicaciones submarinos utilizados por los países que su Gobierno considera sus enemigos. Después de la voladura del gasoducto Nord Stream 2, Medvedev considera esta una opción legítima.
El año pasado vio la luz una investigación que defiende que Rusia lleva al menos una década sondeando los cables de comunicaciones submarinos distribuidos en el Mar Báltico y el Mar del Norte. Según la inteligencia occidental esta actividad forma parte de un programa ruso cuyo propósito es desarrollar la capacidad de sabotear esta infraestructura si en algún momento se produjese un enfrentamiento directo con la OTAN. Un apunte importante que puede ayudarnos a poner en contexto esta coyuntura: actualmente el 95% del tráfico de internet se distribuye a través de los cables submarinos.
EEUU y sus aliados tienen un plan
A finales de este mes de septiembre tendrá lugar en Nueva York un acontecimiento importante: EEUU, la Unión Europea y otros aliados firmarán un acuerdo en el que detallarán su estrategia para proteger los cables de comunicaciones submarinos que interconectan el planeta. Dada la envergadura de esta infraestructura parece un propósito difícil de llevar a cabo, por lo que los firmantes de este tratado van a involucrar de una forma directa a los operadores que instalan y mantienen estos cables.
El Gobierno estadounidense teme que la Administración liderada por Xi Jinping decida boicotear en algún momento el correcto funcionamiento de la infraestructura de comunicaciones submarina
Además, este acuerdo obligará a los países que van a participar en esta iniciativa a trabajar únicamente con proveedores de confianza que pertenezcan exclusivamente a los países aliados, lo que, como es lógico, deja fuera a China. Presumiblemente el Gobierno estadounidense teme que la Administración liderada por Xi Jinping decida boicotear en algún momento el correcto funcionamiento de la infraestructura de comunicaciones submarina a través de las compañías chinas que trabajan en estos cables.
Sobre el papel no parece sencillo dejar a las empresas chinas fuera de un día para otro, pero es evidente que EEUU teme que China reaccione frente a los países con los que sostiene grandes diferencias en los ámbitos geopolítico y geoestratégico actuando sobre los cables submarinos a los que tiene fácil acceso. En estas circunstancias los proveedores en los que EEUU y sus aliados depositarán su confianza tendrán forzosamente que tener una estructura organizativa y de propiedad clara para evitar que estén controlados en la sombra por empresas no fiables.
Sea como sea la OTAN tiene un plan adicional. Y es que actualmente está desarrollando una infraestructura de comunicaciones alternativa que emplea satélites. Si los cables submarinos de comunicaciones fuesen en algún momento dañados por Rusia, China o cualquier otro país con el que la OTAN podría sostener un conflicto, esta red de comunicaciones mediante satélite entraría en funcionamiento y actuaría como una copia de seguridad capaz de retransmitir el tráfico de la infraestructura submarina dañada. Suena preocupante que las principales potencias estén tramando todo esto. Confiemos en que nunca lleguen a las manos y todo lo que explicamos en este artículo no llegue a materializarse.
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La noticia
Occidente quiere proteger los cables de comunicaciones submarinos a cualquier precio. Rusia y China acechan
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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