El mercado laboral está viviendo su segunda gran revolución en menos de cinco años. La primera fue cuando toda la actividad industrial tuvo que adaptarse a modelos de teletrabajo. La segunda está consistiendo en cómo afrontar la vuelta al modelo 100% presencial que había antes de la pandemia. El principal inconveniente: que los empleados de la Generación Z que se están incorporando al mercado laboral no tienen los mismos valores que los que vaciaron las oficinas en 2020.
La Generación Z no quiere ascender. En Xataka ya hemos contado el fenómeno del “Quiet Ambition“, o la negativa de los recién llegados al mercado laboral a ascender a cargos intermedios. Sin embargo, lo que habría que concretar es que los ascensos en la jerarquía empresarial entre los jóvenes ya no se perciben como sinónimo de éxito o mejores condiciones, sino de una mayor carga de trabajo sin mejoras económicas sustanciales.
Prefieren gestionar sus carreras, no administrar las de otros. Según una encuesta realizada por la consultora de reclutamiento Robert Walters, el 72% de los jóvenes entrevistados afirma que prefiere gestionar su propia carrera profesional y obtener una mejor formación y experiencia profesional, que administrar la carrera de sus compañeros desde un cargo intermedio. De hecho, el 52% de esos encuestados prefiere no ascender nunca a ese cargo si con ello puede seguir sumando formación y experiencia a su carrera.
Lucy Bisset, directora de Robert Walters North, apuntaba: “La Generación Z es conocida por su mentalidad emprendedora: prefiere centrarse en darlo todo en los proyectos y dedicar tiempo en hacer crecer su propia marca y su punto de vista, en lugar de dedicar tiempo a gestionar a otros. Sin embargo, esta renuencia a asumir roles de gerencia intermedia podría significar problemas para los empleadores más adelante”.
La imagen que les llega: mucho estrés y poca remuneración. La encuesta de Robert Walters revela que el 69% de los empleados más jóvenes cree que los cargos intermedios soportan demasiado estrés gestionando el trabajo de otros y, a cambio, solo reciben un pequeño incremento salarial.
Esa percepción de la Generación Z la confirma otra encuesta elaborada por la consultora de software para empresas Capterra, en la que el 75% de los mandos intermedios encuestados asegura sentirse siempre o en ocasiones sobrepasados por el trabajo y abrumados por el estrés. El 24% de esos cargos intermedios aseguraba estar buscando activamente otro empleo.
Se valoran a los cargos intermedios, pero si son pocos. La resistencia de la Generación Z a ascender encuentra a su alter ego en la resistencia de las empresas a ascender a sus empleados, produciéndose lo que se ha dado a conocer como el “Gran estancamiento“.
Aunque los datos de la encuesta Robert Walters señala que el 89% de los empleadores sigue pensando que los cargos intermedios desempeñan un papel importante dentro de las organizaciones, los datos de la Encuesta de Compensación Total de la consultora Mercer apuntan a que, en 2024, las empresas solo esperan ascender al 8% de sus empleados, frente al 10,3% de 2023.
Aplanar el organigrama es tendencia. Grandes compañías tecnológicas como Meta o Amazon han comenzado a aplanar sus organigramas con el de objetivo de hacerlas más eficientes y ágiles ante una competencia que se promete feroz en los próximos años y uno de los puntos con más margen de recorte son los cargos intermedios.
Imagen | Unsplash (Annie Spratt)
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La Generación Z está evitando los ascensos a cargos intermedios: demasiado estrés y muy poca recompensa
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Xataka
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Rubén Andrés
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