‘El Hormiguero’, con su éxito imbatible, su trayectoria sin altibajos (es más, este año ha hecho las mejores cifras de su historia) es una auténtica rareza en la televisión española. Solo en los últimos meses ‘La revuelta’ ha planteado una alternativa seria a su reinado, pero aunque le ha adelantado en audiencias, significativamente ese levísimo relevo no ha hecho que la audiencia del programa de Pablo Motos descuienda. Pero hasta ahora, su trono no tenía discusión (y ahora solo lo está compartiendo, pero no ha cedido en sus logros). Analicemos cómo ha llegado hasta ahí y cómo es posible que el tiempo no haga mella en su éxito.
La longevidad en la televisión española. Hemos escogido algunos de los programas más longevos de la historia de nuestra televisión para ponerlos frente a frente. Como el objetivo es interpretar el fenómeno de ‘El Hormiguero’, hay formatos que quedan fuera, como los informativos o los concursos. Buscamos programas-tertulia en los que se hable de actualidad y con una estructura más o menos fija pero también flexible que permita la aparición de invitados y colaboradores. Estos son algunos de los casos, y cuánto se han prolongado en el tiempo.
El caso de ‘Crónicas Marcianas’. Como se puede ver en la gráfica, ‘Crónicas marcianas’ es el que menos tiempo estuvo en emisión, ocho temporadas, pero es con diferencia el que mejores audiencias obtenía: más de un 30% de share a partir de su cuarto año, debido a una franja horaria con muchos más espectadores que la zona de tarde-noche en la que trabaja ‘El Hormiguero’. En términos de estructura es el programa más parecido al de Pablo Motos: un presentador cuya personalidad marca los contenidos del programa, temas de actualidad, invitados y una mesa de colaboradores más o menos fijos.
Crónicas perdidas. El motivo de la desaparición de ‘Crónicas’ es el apretón de la competencia, que tras muchos intentos planteó una alternativa real que en su momento no fue capaz de dar Pepe Navarro. Navarro había precedido en la propia Telecinco, a su misma hora, a ‘Crónicas Marcianas’, con ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’. Posteriormente sería fichado por Antena 3 para competir con ‘Crónicas marcianas’ con ‘La sonrisa del pelícano’, pero solo duró unos meses de 1997. El programa de Navarro desapareció de forma fulminante, nunca estuvo muy claro por qué, aunque desde el principio había tenido problemas con el código deontológico de la cadena por lo extremo y polémico de sus contenidos.
Finalmente, ‘Crónicas marcianas’ cayó, entre otras cosas, a causa del estreno de ‘Buenafuente’, que con un planteamiento más blanco y amable, comenzó a rascar audiencia en su franja. ‘Crónicas’ claudicó en 2004: cuando se fue, el programa de Javier Sardá seguía siendo el líder de audiencia, pero el desgaste del formato y sucesos como la muerte de uno de los creadores del espacio y mano derecha de Sardá, Joan Ramón Mainat, acabaron haciendo que se diera carpetazo a ‘Crónicas’.
Ana Rosa: un caso aparte. La otra gran veterana de la televisión española es Ana Rosa Quintana. Su programa matutino, ‘El programa de Ana Rosa’, ha experimentado diversas fluctuaciones en sus audiencias, pero en general ha dominado la franja matutina de Telecinco durante casi dos décadas, así que en ese sentido se puede considerar comparable a ‘El Hormiguero’. Eso sí, su fórmula ha acusado cierto desgaste.
Cuando arrancó en 2005, el programa cosechó una audiencia media de 1.123.000 espectadores, con un 26,1% de share. Diecinueve años después, la audiencia seguía siendo muy notable y sin rivales claros, pero había bajado a 460.000 espectadores y un 17% de share. La radicalización política de los últimos años del programa, especialmente desde que arrancó el gobierno de coalición del PSOE y Podemos, destacando las feroces críticas a la gestión de la pandemia, han caracterizado los últimos años del programa, lo que ha hecho que Quintana acabe destinada a las tardes de Telecinco con ‘TardeAR’.
Es decir, a diferencia del Hormiguero, en el caso de Ana Rosa Quintana sí que ha pesado el paso del tiempo. Curiosamente ha seguido un proceso de radicalización política y crítica al gobierno socialista comparable al que ha vivido ‘El Hormiguero’, pero según los analistas, a ella sí que puede haberle pasado factura en términos de audiencia.
En segundo lugar, ‘Sálvame’. Entramos en el programa más insólito de todo este conjunto de espacios de ya de por sí extraordinaria longevidad: ‘Sálvame’ ha estado 15 temporadas en antena sin apenas cambios de formato perceptibles, aunque sí lo ha hecho en sus contenidos. De ser un programa que nació como tertulia para comentar lo que sucedía en ‘Supervivientes’ (de ahí el título, su primer logo y el famoso “soy un náufrago” de su sintonía) se convirtió en un programa atento al corazón, heredero de la estética agresiva y chillona de programas como ‘Tómbola’ o ‘Aquí hay tomate’.
Y luego se convirtió en otra cosa. Azuzado por la extraordinaria popularidad de Belén Esteban, fue sumando colaboradores que empezaron a desarrollar sus propias tramas y subtramas: enfados, reencuentros, trapos sucios, todo tenía espacio en un programa al que la gente acudía no a informarse sobre el corazón, sino a conocer las últimas ocurrencias de sus habituales. Esta evolución se produjo de forma más o menos natural y fue cebada por innumerables spin-offs que iban plagando la parrilla de Telecinco (‘Sálvame Fashion Week’, ‘La última cena’ o, en fin, innumerables programas y secciones que adquirían vida propia dentro del larguísimo espacio que abarcaba ‘Sálvame’ por las tardes).
Las audiencias de Sálvame. Como se puede ver en el primer gráfico, la audiencia de ‘Sálvame’ se mantuvo esencialmente constante a lo largo del tiempo. rondando entre el 16-17% de share, con ocasionales entradas en el 18% en su momento de mayor éxito (el tercer año) y una caída en los dos años finales. Esa caída se produjo por una situación que hemos explicado en otras ocasiones: Antena 3 arrebatando los derechos de ‘Pasapalabra’ a Telecinco y convirtiéndose en la reina de las tardes. Desde 2020, año en el que el concurso cambia de manos, la audiencia de ‘Sálvame’ comienza a caer hasta llegar a poco más de un 13% en sus dos últimos años.
El Hormiguero vs. Sálvame. La competidora de Telecinco tiene en su poder, desde la llegada de ‘Pasapalabra’, una apisonadora de audiencia que la ha convertido en líder desde principios de 2023, con la mayor diferencia en audiencia en 27 años. Este es el esquema: arranca poco antes de las 16 con un par de culebrones, uno de ellos a menudo de procedencia turca. Y desde ahí es imparable: ‘Y ahora Sonsoles’ a las 18, ‘Pasapalabra’ a las 20, las noticias a las 21 y ‘El hormiguero’ cuando acaban éstas. El prime time viene, a menudo, fácil la victoria, gracias a las tremendas cifras de audiencia que arrastra Pablo Motos.
Por qué ‘El Hormiguero’ es tan longevo. El diseño de las tardes de Antena 3 desde 2020 y el sorpasso desde 2023 no explica la longevidad de ‘El Hormiguero’, que no olvidemos que lleva en pie desde 2006, cuando nació en Cuatro. En 2011 dio el salto a Antena 3 y siempre, con una estructura muy similar, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos: no solo con un cambio lógico en el tipo de invitados (por ejemplo, de las estrellas del cine y la televisión de los inicios a los éxitos del trap y la música urbana que acuden a menudo en la actualidad), sino también con una orientación política hacia el extremo centro.
La complicada política de ‘El Hormiguero’. La orientación política de ‘El Hormiguero se manifiesta en el tono de los debates políticos, la elección de los invitados para los debates y, como respuesta, las protestas que se ha ganado Motos desde sectores de la izquierda más combativa (incluso desde el Gobierno). Su postura, que podría calificarse de populista, sin duda es uno de los atractivos primordiales para su inmensa audiencia, que también tiene la indudable ventaja de abarcar un arco de edades muy amplio gracias a la variedad de registros que tiene el programa.
El fin del reinado absoluto. De momento ‘El hormiguero’ goza de una excelente salud, pero sus competidoras están obligadas a plantar batalla. El nuevo curso se ha presentado especialmente virulento debido a la llegada de David Broncano a Televisión Española. Es su único contrincante posible: después del fracaso de Jorge Javier Vázquez y ‘Cuentos chinos’, Telecinco lo intentó con ‘Babylon Show’ de Carlos Latre, y también fracasó.
El fenómeno de ‘La revuelta’ es asombroso, y demuestra que había espacio para un contrincante a la altura de ‘El hormiguero’: solo había que atraer a un público, el joven, que a esa hora estaba lejos de la televisión. Es la llegada de ese público lo que ha generado un insólito fenómeno doble: ‘La revuelta’ ha superado por poco las cifras de ‘El hormiguero’, pero el programa de Motos no ha caído porque mantiene la fiel franja de audiencia que le ha dado éxito todos estos años: niños y personas mayores.
¿Está entonces ‘El hormiguero’ en problemas? No, porque ‘La revuelta’ está en TVE, es decir, no se lleva una porción de la tarta de la publicidad. De acuerdo, arrastra audiencias a algunas de sus propuestas posteriores (lo que antes era el prime time y ahora es… lo que va después del programa más visto del día), pero la publicidad, lo que interesa a Antena 3, sigue teniendo un destinatario claro: el programa más visto que acepta publicidad, ‘El hormiguero’. Si ‘La revuelta’ estuviera en Telecinco, estaríamos hablando de una lucha más encarnizada por la publicidad, pero en este caso hay espacio para dos reyes… y en ciertos aspectos, ‘El hormiguero’ sigue siendo el gran vencedor.
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La noticia
La excepción de ‘El Hormiguero’: ningún programa de éxito en la historia de la TV española ha durado tanto tiempo
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Xataka
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John Tones
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