Kalundborg y el “efecto Ozempic”: la ciudad que pasó de ser una leprosería a convertirse en la punta de lanza contra la obesidad y la diabetes

Es posible que el nombre de Kalundborg no te diga nada. Se trata de una pequeña ciudad danesa con unos 17.000 habitantes y no es que tenga que ser conocida por algún motivo. Sin embargo, Ozempic seguro que te suena. En muy poco tiempo, Ozempic se ha convertido en uno de los fármacos más conocidos del mundo, no por ser un medicamento contra la diabetes, sino por ser parte de un tratamiento para bajar de peso.

Tal es el impacto de este medicamento producido por la empresa Novo Nordisk que la ciudad de Kalundborg se está haciendo de oro. ¿El motivo? Es donde está la planta de fabricación más grande de Ozempic, pero esa explosión de popularidad puede tener efectos secundarios.

Más allá de la diabetes. Novo Nordisk es una empresa centenaria. Fue fundada en diciembre de 1923 y ya desde sus comienzos se dedicó a la comercialización de insulina. Esta empresa danesa es la reina de la producción de insulina a nivel mundial, pero todo explotó gracias al Ozempic, un medicamento basado en la semaglutida que está ayudando a adelgazar.

Aunque es un medicamento contra la diabetes, su reconversión a solución milagrosa para combatir el sobrepeso ha tenido un impacto económico brutal tanto para Novo Nordisk como para la pequeña ciudad de Kalundborg. Hay quien afirma que estas inyecciones de semaglutida para personas no diabéticas conllevan una serie de riesgos para la salud, pero la popularización por parte de personajes famosos y que “funciona”, ha impulsado hasta la estratosfera la popularidad del medicamento.

Efecto Ozempic. Pero no solo se está utilizando para tratar la diabetes y el sobrepeso. Hay laboratorios experimentando con Ozempic para tratar la enfermedad hepática metabólica, otras enfermedades cardíacas y hasta complicaciones relacionadas con la enfermedad renal. Y todo eso está dejando millones, muchos millones en la empresa y… en Dinamarca. A eso se lo ha bautizado como “el efecto Ozempic” porque no solo han convertido a Novo Nordisk en la empresa más valiosa de Europa, sino que está aportando considerablemente al PIB del país.

Inversión de locura. Y, así, llegamos a Kalundborg. En un reportaje publicado por BBC se expone que esa popularidad del medicamento ha empujado a su empresa responsable a invertir mucho en la ciudad. Concretamente, 8.600 millones de dólares para la expansión de la planta local. Así, la ciudad va a consolidarse aún más como el centro neurálgico de la producción mundial de semaglutida.

Todo eso, evidentemente, está impulsando todas las ramas de la economía local. Por ejemplo, a medida que la planta se vaya completando y lleguen investigadores a un nuevo centro educativo centrado en la biotecnología, se necesitarán más hogares. Actualmente, se está construyendo una autopista que conectará la ciudad con la capital, pero también más de 1.200 viviendas.

Y resultados. Es algo que está dando una nueva vida a la localidad. Martin Damm es el alcalde de la misma y, en declaraciones a BBC, ha afirmado que tienen “una tasa de crecimiento del 26,88% en un año. Hace diez, teníamos una tasa de desempleo bastante alta, pero ahora es una de las más bajas de la isla de Selandia” —una isla al este de Dinamarca—.

Se abren tiendas, las que ya había se están revitalizando, los ingresos fiscales se han multiplicado por diez en la última década, se han reducido los impuestos locales seis veces en los últimos diez años para favorecer las inversiones en infraestructura y servicios públicos y, en definitiva, todos están notando ese flujo de dinero. El propio alcalde pone de ejemplo una gasolinera de la localidad, cuyo propietario prepara cada día más de 30 kilos de cerdo para hacer bocadillos para los trabajadores, o las ventas multiplicadas por cinco que han experimentado los supermercados.

Temor al efecto Nokia. Además, muchos ciudadanos daneses tienen acciones en Novo Nordisk, pero existe el miedo a que ocurra algo como lo que sucedió con Nokia. Las Olsen es el economista jefe del Danske Bank y comenta que el tamaño actual de Novo Nordisk es comparable al que tenía Nokia en 2007. Cuando llegó el declive de Nokia, tuvo un impacto significativo en una Finlandia que, durante años, había estado apoyándose en la empresa de telefonía.

Olsen comenta que ese caso “es un recordatorio de que necesitamos asegurarnos de que el resto de la economía continúe invirtiendo en educación e infraestructura para evitar riesgos futuros”. El economista Mads Lundby Hansen apunta en la misma dirección, comentando que “aunque el desempeño de Novo Nordisk es impresionante, es esencial no olvidar el otro 99% de la economía. Hay que seguir invirtiendo en educación e infraestructura para mantener una economía resiliente”.

Y todo… ¿de casualidad? Lo más curioso de todo esto no es que Novo Nordisk haya crecido tantísimo gracias a un medicamento que se está utilizando para algo totalmente diferente a su propósito inicial, o que una empresa haya disparado el PIB de un país, sino que el Ozempic podría no haber existido nunca.

Es lo que Kurt Jacobsen, autor de un libro sobre Novo Nordisk, contó a BBC, afirmando que “la cúpula de la empresa no creía en la semaglutida. Fue gracias a la perseverancia del director de investigación que se decidió seguir adelante con su desarrollo en 2005 y 2006”. Veremos qué ocurre y si ese efecto rebote que parece tener Ozempic también se vive en Dinamarca, y Kalundborg, si el globo se deshincha.

Imágenes | HualinXMN

En Xataka | Ozempic se enfrenta ahora a su principal enemigo: las expectativas que está creando


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Kalundborg y el “efecto Ozempic”: la ciudad que pasó de ser una leprosería a convertirse en la punta de lanza contra la obesidad y la diabetes

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alejandro Alcolea

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