El Gobierno chino no parece especialmente cómodo en Halloween. Al menos en Shanghái, una de las ciudades más internacionales del país. Con el recuerdo aún reciente de lo que ocurrió en 2023, cuando hubo quien aprovechó la ocasión para disfrazarse de cámaras gigantes de vigilancia o publicaciones de Weibo censuradas, trajes con una clara crítica al Gobierno de Xi Jinping, las autoridades de Shanghái han optado por atar en corto las celebraciones de este año. ¿Cómo? Desplegando a agentes de policía que ya se han dedicado a identificar a personas disfrazadas.
A las puertas de la gran noche de Halloween abundan ya las fotos, vídeos y testimonios sobre el despliegue policial. Hay medios como la BBC o South China Morning Post que incluso sugieren que ya se han producido detenciones.
¿Qué ha pasado? Que las autoridades de Shanghái no parecen dispuestas a permitir que se repitan escenas como las del año pasado durante la celebración de Halloween, cuando los disfraces se convirtieron en una inesperada herramienta de crítica política, económica y social. Y eso pasa por reforzar el control en sus calles.
Lo que se sabe parte básicamente de testigos, fotos y vídeos, pero medios como Reuters, BBC, CNN o South China Morning Post, un periódico con sede en Hong-Kong, coinciden en el relato: el Gobierno de la capital financiera de China parece empeñado en reprimir las celebraciones de Halloween y reducir su alcance. A las puertas de la gran fiesta importada de EEUU, hay quien ya lo interpreta como un intento de reprimir las reuniones públicas y coartar la libertad de expresión.
¿Y cómo? Con un amplio despliegue de policías en las calles, donde ya se han podido ver personas disfrazadas. Los agentes no se limitan además a patrullar. La agencia Reuters informa de cómo los agentes abordaron a al menos media docena de individuos disfrazados en el parque Zhongshan o detuvieron a una persona con un disfraz de esqueleto que acudía a una fiesta en el distrito de Jing Ann, también en Shanghái. Las autoridades lo trasladaron a un edificio administrativo, donde le pidieron que se quitase el maquillaje. No son los único testimonios en esa línea.
La BBC habló con testigos que vieron cómo la policía dispersaba grupos de juerguistas disfrazados en la calle o cómo los agentes reunidos en Julu Road, en el centro de la ciudad, pedían a la gente con trajes que abandonaran la zona. Escena similar se habría vivido el sábado en Zhongshan. “Cuando salimos del parque nos dijeron que nos quitáramos todos los sombreros. Nos explicaron que todos los que salieran por allí no podían ir disfrazados”. Las imágenes muestran también zonas con vallas. Y hay testimonios de un parque próximo a una zona de copas que se cerró el domingo después de que se reuniesen personas disfrazadas.
¿Hay más? Sí. Varios medios, como la NBC o CNN, citan vídeos geolocalizados que muestran el despliegue policial en zonas donde se reúnen los grupos que salen a celebrar Halloween o incluso una grabación en la que se aprecia cómo los agentes detienen a un hombre caracterizado como Buda. En Weibo podía leerse también el testimonio de un vecino de Shanghái que asegura haber salido por la noche a dar un paseo con su hijo de seis años. “Llevaba un sombrero con un emblema pirata y hasta le pidieron que se lo quitara. Había policías por todas partes”.
En las redes sociales chinas se habla de cómo gente disfrazada tuvo que dar sus nombres, número de identificación y teléfono a los agentes. Aunque hay relatos también de gente que se queja de que su feed en las redes sociales parece haberse vaciado. “¿Este año ya no se permiten los disfraces para Halloween en Julu Road, en Shanghái? ¿Cómo es posible que no haya ni una foto en mi muro?”
Pero… ¿Se ha prohibido Halloween? No. No al menos como tal. No consta ningún aviso oficial que prohíba las celebraciones de Halloween en la ciudad. Y hay eventos autorizados por la administración, como los de Shanghái Disney Resort o el parque de atracciones Happy Valley, que han podido desarrollarse según estaba previsto. Desde hace semanas circulan sin embargo rumores y relatos que apuntan a un intento de las autoridades de la ciudad de minimizar el alcance de la fiesta.
La cadena BBC ha podido confirmar por ejemplo que a principios de octubre el Gobierno envió avisos a algunos negocios de la ciudad desalentándolos a celebrar Halloween. Algo similar ha hecho la agencia Reuters, que cita al propietario de un local de Jing An al que las autoridades han pedido que no organice concursos de disfraces “para mantener el orden social”. Algunas universidades han enviado avisos a sus estudiantes para aconsejarles evitar las fiestas o que directamente “reduzcan la participación en reuniones grandes y pequeñas en el futuro”.
¿Y por qué? Las escenas son muy distintas a las que dejó Shanghái durante la celebración de Halloween de 2023. Y ese es precisamente para muchos el motivo del despliegue policial de este año. Durante el otoño pasado pudo verse a gente con disfraces que, además de divertidos, suponían críticas veladas (o no tan veladas) al Gobierno. Hubo quien se enfundó trajes EPI como los que se utilizaban durante la pandemia, quien emuló grandes cámaras de videovigilancia o mensajes censurados de Weibo y quien se caracterizó como un estudiante universitario en el paro.
Eran disfraces, eran pintorescos, pero a su modo eran también referencias a la gestión de la política del COVID Zero, el control gubernamental o desaceleración de la economía china. Incluso hubo personas disfrazadas como hojas de papel en blanco, otro guiño a las conocidas como protestas del “Libro Blanco”, surgidas durante la pandemia y que para Human Rights Watch suponen “el mayor movimiento de manifestación en China de la última generación”.
Pero… ¿Por qué ese cambio? El año pasado las autoridades de Shanghái llegaron a referirse a la celebración de Halloween como “una señal de tolerancia cultural” y destacaban su “mezcla única de tradiciones occidentales y creatividad china”. “Ofreció una visión del cambiante paisaje cultural de una ciudad vibrante”, celebraba la ciudad en un comunicado. Para Alfred Wu, profesor de la Universidad Nacional de Singapur, hay una explicación simple del contraste entre 2023 y 2024.
La del año pasado fue la primera celebración de Halloween tras las estrictas medidas de control del COVID-19, y los jóvenes se lanzaron a festejarlo en masa mientras las autoridades se enfrascaban en volver a la normalidad. “Este año las autoridades están mucho más preparadas y no están de acuerdo con este tipo de actividades”, relata a la CNN. De momento las imágenes no muestran disfraces como los de 2023, aunque se ha podido ver a una persona con peluca rubia y una venda en la oreja, emulando a Donald Trump tras el atentado de este verano.
Imágenes | Etan Liam (Flickr) y Li Yang (Unsplash)
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La noticia
Harto de los disfraces críticos con el Gobierno, Shanghái ha tomado una decisión: declararle la guerra a Halloween
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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