Si hay un dispositivo electrónico que nos habla de “cómo somos” ese es el teléfono móvil. Y si hay una marca que nos da una idea de las tendencias del mercado, esa es Apple. No en vano, es la compañía que más teléfonos inteligentes coloca cada año en el mercado.
No es extraño que algunos expertos utilicen las decisiones de diseño de la compañía de la manzana para entender las tendencias del mercado y comprender cómo se comporta el usuario. Esos mismos expertos tienen claro que el iPhone recoge muy bien los puntos de inflexión en nuestra relación con las pantallas.
Y esas tendencias dicen que queremos más botones físicos.
También en los coches.
La punta del iceberg
El debate sobre el uso de botones físicos ha crecido en los últimos meses tras confirmar que Apple esta apostando por su vuelta en un dispositivo que cabría esperar que los eliminara por completo.
Tras la presentación del iPhone 16 y la incorporación de su polémico botón de cámara, las voces que defienden una vuelta del botón físico tienen más motivos para confirmar sus tendencias para el futuro. La empresa dirigida por Tim Cook ya sustituyó la pestaña de silencio de los iPhone 15 Pro por un nuevo botón al que incorporar nuevas funciones.
La idea de diseño es clara: utiliza estos nuevos botones como atajo en lugar de pasar por la pantalla del teléfono. Una decisión que choca frontalmente con la presentación del primer iPhone, que rompía con cualquier teclado físico, y con la eliminación del botón central a partir del iPhone X.
Así lo señala Chrystopher Mims en The Wall Street Journal quien asegura que estos cambios se están dejando sentir mucho más allá de los teléfonos móviles. Pone como ejemplo la cocina o los videojuegos, con una Playdate que apuesta claramente por las sensaciones que aportan las palancas y los botones. Y, por supuesto, lo que aquí nos atañe: la automoción.
Sam Calisch, CEO de Copper (empresa especializada en vitrocerámicas) señala que la apuesta por utilizar botones táctiles tiene una clara intención de ahorrar costes. “Ahora que las pantallas táctiles son la opción más barata, se están implementando en todas partes, incluso en lugares en los que no tienen sentido“, asegura Calisch.
Esos lugares son, entre otros, los habitáculos de nuestros coches. Los fabricantes han abrazado esta tendencia tratando de reducir al máximo las interacciones con botones físicos. Y eso ha tenido sus consecuencias en la usabilidad de según qué funciones.
En los últimos años hemos visto a Tesla eliminar la palanca de los intermitentes o de la transmisión para pasar sus funciones a un botón háptico en el volante o un desplazamiento en la pantalla, respectivamente. También cómo Volkswagen lo apostó todo a los botones táctiles. O cómo BMW es una de las marcas que más está presionando por llevar todas las funciones de climatización a sus pantallas. Los botones físicos en los coches chinos eléctricos son una rara avis.
La industria, pese a ello, parece estar echando el freno de mano. Y lo hace en todos los segmentos. Matthias Junghanns, el mayor responsable de diseño interior de la gama eléctrica de BMW, aseguraba hace dos años que “personalmente, estoy convencido de que estas superficies de vidrio negro en los interiores de los coches lo dejaremos atrás, tarde o temprano“. La marca, de hecho, parece estar enfocándose en head-up display que cruzan todo el ancho del coche, por lo que las interacciones con la pantalla central podrían reducirse en un futuro.
Conny Blommé, responsable de interiores de Polestar, compartía el punto de vista de Junghanns en el mismo evento: “todo tiene su punto máximo, y probablemente las pantallas también. La mayor parte del tiempo, viajas en un automóvil y disfrutas más de la vista que de las pantallas”, apuntó el responsable de la firma eléctrica.
Achim Anscheidt, director de diseño de Bugatti, llegaba a decir que le asustaba el camino que estaba tomando la industria. “Lo que está pasando en los interiores de los automóviles es, en cierto modo, lógico que suceda (…) Pero, ¿qué va a pasar con todos esos dispositivos cuando los sistemas operativos no funcionen algún día? ¿Qué pasará en 10 años, incluso? ¿Sigues interesado en el iPhone 3?”, explicaba Anscheidt.
La visión de Mims es más práctica: eliminar los botones físicos del interior de un coche es un peligro. “El problema con las interfaces táctiles es que no están basadas exclusivamente en el tacto porque necesitan que miremos cuando las usamos”, señala en su artículo.
El problema es tan obvio que Euro NCAP ha puesto en marcha algunas modificaciones en sus normas a la hora de entregar las estrellas con las que puntúa la seguridad de sus coches si no mantienen controles básicos. Con todo, es una decisión poco atrevida porque se centra en mantener botones físicos de las siguientes funciones:
Selección de los intermitentes
Activación del botón warning
Hacer sonar el claxon
Activar los limpiaparabrisas
Activación del botón de emergencia eCall
Hay que tener en cuenta que distraernos durante 45 segundos mirando a otro lugar que no sea el parabrisas de nuestro coche equivale a circular más de un kilómetro totalmente a ciegas… si nos movemos a 100 km/h. Un aviso que se lleva repitiendo desde hace más de una década, como testifica este artículo de Xataka en 2013.
Rachel Plotnick, experta en el uso de los botones físicos y la interacción que tenemos con los mismos, señala que se está extendiendo una “fatiga de la pantalla” y que “la gente parece tener hambre de botones físicos, tanto porque no siempre tienes que mirarlos como porque ofrecen una mayor gama de tacto y retroalimentación”.
Y reitera que “no quiere decir que los botones físicos no funcionen bien con las pantallas, a menudo son socios. Pero en cierto modo, está quitando la prioridad de la vista como sentido, reconociendo que una pantalla no siempre es la mejor manera de interactuar con algo”. Ese “algo”, sin duda, puede ser un automóvil.
De hecho es lo que defienden los estudios. Uno de la revista sueca Vi Bilägare demostraba que un Volvo V70 de 2005 es mucho más seguro que un vehículo actual gracias a sus controles físicos. Incluso cuando se dejaba a los usuarios tiempo suficiente para familiarizarse con las pantallas y los menús, la berlina ofrecía menores distracciones.
En las pruebas, se pedía a los conductores que realizaran una serie de tareas sencillas mientras circulaban en marcha. De media, los participantes tardaron entre 20 y 30 segundos más en cumplir todas las tareas que con el Volvo, lo que suponen cientos de metros circulando a ciegas en un entorno real.
Poco a poco, los fabricantes parecen estar reculando en sus movimientos. Cada vez es más habitual en el lanzamiento de nuevos modelos mantener los botones físicos para tareas como desempañar las lunas. Volkswagen dio atrás con su idea de llevar botones táctiles al volante, aunque no sea la peor de sus decisiones. Y compañías como Renault o Mazda mantienen botones físicos para eliminar rápidamente los avisos por exceso de velocidad y otras ayudas a los que obliga la Unión Europea.
Foto | Volkswagen
En Xataka | En pleno debate sobre cómo deben ser las pantallas de los coches, Lincoln tiene la propuesta ganadora
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La noticia
El retorno inesperado del botón físico: la industria apostó al “todo pantalla” pero expertos y usuarios piden su vuelta
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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