Lo avanzaba ayer Juamna Moreno, presidente de la Junta de Andalucía: si de algo iba a pecar durante la gestión del aviso rojo por la DANA era de exceso de celo, aun a costa de paralizar poblaciones. “PREVENIR antes que curar”, tuiteaba ayer a medio día el dirigente andaluz. Y sí, las mayúsculas son del propio Moreno.
Su mensaje hay que entenderlo tanto a la luz de los aguaceros a los que se enfrentaban ayer Málaga o Granada como de lo ocurrido hace justo dos semanas en la Comunidad Valenciana, donde otra DANA dejó un saldo trágico: más de 200 fallecidos, destrozos hoy por hoy incalculables y una complicada crisis política que probablemente lleve a Carlos Mazón a remodelar su equipo de gobierno.
La respuesta a la DANA que se dio entonces en Valencia y la que se desplegó en los últimos días en Málaga no tienen nada que ver. Su saldo tampoco. Con el aviso rojo de la Aemet ya desactivado en Málaga (y prácticamente toda la región), Moreno celebraba hoy que al menos de momento no haya que lamentar ninguna víctima.
Una noche “movidita”
Esta mañana, durante una entrevista en Onda Cero, Moreno reconocía que la noche ha sido “movidita” en la comunidad. Las cifras ayudan a entender a qué se refiere: 244 incidencias, la mayoría concentradas en Málaga, y el rescate de una veintena de personas, casi todas en la comarca de La Axarquía. A ellas se suman las 4.200 personas desalojadas en la región, las cientos de incidencias atendidas por el 112 en Andalucía y las peores inundaciones que Málaga ha visto en décadas.
Todo provocado por la DANA que azotó la región, un episodio meteorológico tan adverso que llevó a la Aemet a activar su aviso rojo, el mayor en una escala de tres colores y que indica un “riesgo extremo”. En algunos puntos de Málaga llegaron a registrarse más de 155 l/m2 en menos de 24 horas y en uno de sus observatorios de Granada la Aemet anotó un récord de precipitaciones: más de 82 l/m2, el mayor medido allí hasta ahora. Y eso que su serie histórica se remonta a 1972.
Y sin embargo… Pese a la fuerza de las lluvias y las inundaciones, los desalojos, el riesgo de desbordamiento de ríos y una situación lo suficientemente grave como para que la Aemet le otorgase su mayor nivel de alerta, la DANA ha pasado por la provincia de Málaga sin que haya que lamentar víctimas.
Lo subrayaba hoy Moreno: “La buena noticia es que en el caso de Málaga la situación ha pasado ya a la normalidad, sin que hayamos destacado daños a ninguna persona y por tanto la pérdida de vidas, que era el objetivo primordial de todo el dispositivo que habíamos montado hace tres días”, señalaba el dirigente, antes de advertir, eso sí, que se iniciaba un “otro episodio” de la alerta.
El balance de lo ocurrido importa por su fondo, pero también (y sobre todo) por el contexto. Y este no está marcado únicamente por la DANA actual. La gota fría que se ha extendido con diferente virulencia por parte de la península a lo largo de los últimos días no es la primera del otoño. Hace dos semanas se registró otra que dejó un balance bien distinto: más de 200 fallecidos. Y aunque algunas de esas víctimas se registraron en Castilla-La Mancha y Andalucía, la gran mayoría se concentraron en la Comunidad Valenciana, donde hubo más de 70 municipios afectados.
De ahí que resulte inevitable que la gestión de la DANA en Málaga se analice a la luz de lo ocurrido a finales de octubre en la Comunidad Valenciana.
Sobre todo porque la respuesta de la administración en aquella ocasión ha desatado un profundo debate que ha sacudido la política regional, nacional e incluso a escalado a Bruselas. Para ser más precisos, desde casi el mismo día de la DANA, el 29 de octubre, el foco se ha puesto en la respuesta del Cecopi a lo largo de esa jornada y cómo actuó ante un episodio tan extremo que horas antes la Aemet lo había catalogado con su código rojo, el de riesgo máximo.
En algunos puntos de Valencia ese día se llegaron a sobrepasar los 250 litros por metro cuadrado, según recoge el portal especializado en meteorología El Tiempo.
Dos DANA, dos respuestas
¿Cómo se actuó entonces? La DANA del 29 de octubre se preveía tan violenta que hubo municipios de Valencia que incluso suspendieron sus clases. La clave de ese día es la respuesta del Cecopi ante los aguaceros y riadas que asolaron la provincia y la tardanza en el envío de mensajes a través del sistema Es-Alert, que permite alertar directamente a los ciudadanos a través de sus teléfonos móviles.
El recurso se usó a las 20.10 h, cuando la situación era crítica ya en algunas localidades. Ayer mismo el diario Levante-EM reveló que en el gabinete de crisis montado ese día a las 17.00 h llegó a hablarse de “confinamiento”, “evacuación” o incluso, precisa El País, de recurrir a Á Punt. Otra de las claves es la hora a la que Mazón se incorporó al gabinete de crisis. Según el diario valenciano, el dirigente no apareció antes de las 19.30, es decir, pasadas más de dos horas y media.
Con esos precedentes y ante una nueva DANA con aviso rojo de la Aemet, la Generalitat de Cataluña y la Junta de Andalucía se han enfrentado esta semana al reto de gestionar sus propias alertas. ¿Cuál ha sido su postura? “PREVENIR antes que curar”, en palabras de Moreno. “Esa es la premisa que vamos a seguir en todo momento. Sé que la provincia de Málaga está en buena medida paralizada con las medidas adoptadas por los técnicos. Pero el objetivo es minimizar el impacto”.
La víspera la Junta andaluza había pasado de la fase de preemergencia a la de emergencia en su Plan ante el Riesgo de Inundaciones. Y al Ejecutivo regional tampoco le tembló el pulso al adoptar medidas que, como reconocía Moreno, en parte “paralizaron” la provincia de Málaga. ¿En qué se tradujo eso? El desalojo de 3.000 personas por prevención el martes en la ribera del Guadalhorce, a las que se sumaron otras ante la crecida del río Vélez hasta superar los 4.000.
Se suspendieron las clases en la provincia de Málaga y otros puntos de la región, como Granada capital, Almuñécar, Motril y Albuñol, se recurrió al sistema Es-Alert el martes por la noche para pedir a la gente que evitase desplazarse, se concienció a la población y se pausaron los servicios de transporte tanto en bus como metro.
Las medidas no evitaron que la noche (y el día) fuese “movida”, como decía Moreno. Se anegaron calles, hubo hospitales afectados, el agua llegó al Hospital Clínico de Málaga o la estación María Zambrano y se vio alterado también el tráfico ferroviario, sin contar con la oleada de incidencias gestionadas por el 112; pero el balance dista mucho del que se registró en Valencia hace dos semanas.
Con todo, el presidente andaluz insistía en esta mañana en la necesidad de mantener la “prudencia”. “Solo tenemos un objetivo: evitar la pérdida de vidas humanas y minimizar daños”. De entre los más de 3.000 desalojados, al menos de momento solo se ha permitido regresar a sus casas a 180 vecinos de Campanillas. La medida de prevención se mantendrá en el ribera del Guadalhorce “hasta que se den las condiciones de seguridad para su regreso”, aclaran desde el 112.
Andalucía no es la única que ha optado por adoptar medidas firmes frente a la alerta causada por al DANA. Ante una situación similar, en Cataluña la Generalitat aplicó restricciones a la movilidad en las comarcas más expuestas a los aguaceros, permitiendo solo los “servicios esenciales”, y se suspendieron clases y actividades.
También la respuesta ha sido distinta en esta ocasión en Valencia, que ha lidiado de nuevo con una DANA. El Cecopi aplicó restricciones a los desplazamientos en vehículos privados y ayer por la tarde recurrió a Es-Alert para pedir a los vecinos de las zonas más “vulnerables” que permaneciese en zonas elevadas.
Imágenes | Consejería de Presidencia de Andalucía (X)
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La noticia
Alerta temprana, miles de desalojados y concienciación: todo lo que Málaga hizo antes de la DANA y Valencia no
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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