Los telescopios Hubble y Webb trabajaron juntos para observar el disco de la estrella Vega. Algo no encaja

Vega es una de las estrellas más brillantes del cielo nocturno, por lo que ha sido objeto de fascinación durante siglos. Pero nunca la habíamos visto con tanto detalle como ahora, gracias al trabajo conjunto del Hubble y el James Webb.

Un equipo de astrónomos utilizó los telescopios Hubble y Webb para estudiar en profundidad el disco de escombros que rodea a la estrella Vega. Las observaciones combinadas de ambos telescopios espaciales revelaron un disco intrigantemente liso de casi 160.000 millones de kilómetros de diámetro.

Tan liso que descoloca a los astrónomos

El disco circunestelar de la estrella Vega visto por el telescopio Webb

El trabajo conjunto del Hubble y el Webb fue fundamental para este descubrimiento. Especializado en el espectro visible y el ultravioleta, el telescopio espacial Hubble de la NASA capturó el halo exterior del disco de Vega, capturando la luz reflejada por partículas de polvo tan finas como el humo.

Observando en el infrarrojo medio, el telescopio espacial James Webb de la NASA, ESA y CSA detectó el resplandor del polvo cálido en el disco interior, permitiendo a los astrónomos ver detalles de las partículas del tamaño de granos de arena que orbitan más cerca de la estrella. La combinación de observaciones en diferentes longitudes de onda desbloqueó una comprensión más completa del disco de Vega.

El disco circunestelar de la estrella Vega visto por el telescopio Hubble

El disco que rodea a la estrella es “ridículamente liso”, en palabras de uno de los autores de la investigación: Andras Gáspár, de la Universidad de Arizona. A diferencia de otros discos circunestelares, en los que la presencia de planetas genera ondulaciones y huecos, el disco de Vega carece de perturbaciones.

La primera conclusión de los astrónomos es que no hay planetas grandes en el sistema Vega. Al menos no más grandes que Neptuno, ya que estarían interactuando con el disco. Esto es inusual. En sistemas estelares similares, la estructura del disco de escombros suele estar moldeada por sus planetas.

La segunda conclusión a la que llegaron los astrónomos es que el disco de Vega está estructurado en capas de polvo de distinto tamaño. La presión de la intensa luz de la estrella empuja los granos de polvo más pequeños hacia las regiones exteriores del disco antes que los granos más grandes. Esto crea una distribución en capas de diferentes tamaños de partículas en distintas zonas.

El enorme contraste entre Vega y Fomalhaut

El disco circunestelar de la estrella Fomalhaut vista por el telescopio Webb

Fomalhaut es una estrella cercana que comparte edad, tamaño y temperatura con Vega. Sin embargo, su disco circunestelar es muy distinto. Para empezar, Fomalhaut posee tres cinturones de escombros anidados.

Aunque aún no se han identificado planetas directamente, estas irregularidades en el disco de Fomalhaut sugieren que hay grandes planetas pastoreando el polvo. Para los investigadores, la comparación plantea una pregunta intrigante: ¿por qué Vega carece de las características que indican la presencia de planetas, mientras que Fomalhaut, con condiciones similares, parece haberlos formado?

Las observaciones de Vega están llevando a reconsiderar las teorías sobre la formación de planetas y la diversidad de sistemas planetarios. La falta de planetas grandes en Vega sugiere que los sistemas planetarios pueden ser más diversos de lo que se pensaba, y que las condiciones iniciales pueden conducir a resultados muy distintos en procesos aún desconocidos.

Hay otra posibilidad. La ausencia de perturbaciones en el disco de Vega no descarta la existencia de planetas, pero serían más pequeños o estarían en regiones no detectadas. Entonces, lo que habría que recalibrar son los modelos astrofísicos de formación y migración planetaria.

En cualquier caso, el descubrimiento del disco excepcionalmente liso de Vega desafía las expectativas de los astrónomos, y reivindica al Hubble, que sigue siendo necesario para complementar las observaciones del Webb a pesar de su edad y de las amenazas de la NASA de recortar su presupuesto.

Imágenes | NASA, ESA, CSA

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Matías S. Zavia

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