Argentina ha reabierto sus yacimientos al extranjero. El primer objetivo: convertirse en el centro mundial del cobre

La transición hacia fuentes de energías renovables ha impulsado la demanda de materiales críticos, muchos de ellos como el litio y el cobre. La fiebre por este tipo de materiales suele atraer a cualquier tipo de inversores y Argentina está dispuesta a aceptar que abran su tierra, ya empezó avanzando con el litio y ahora quiere dar un paso más allá con el cobre.

Yacimiento Taca Taca. Al noroeste argentino en la ciudad de Salta a siete horas de distancia podemos encontrar el yacimiento Taca Taca, el cual contiene cobre, oro y molibdeno. Esta tierra pertenece a una compañía canadiense extractora de minerales, First Quantum Minerals, y su objetivo es producir un millón de toneladas de concentrado de cobre al año, a pesar de la baja ley del mineral que está al 0,5%. Además, la empresa de minerales planea adherirse al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI).

A partir de la aprobación del RIGI, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, tomó un vuelo a principios de octubre para reunirse en Londres con los directivos de la empresa canadiense. En esta reunión comenzaron a discutir acerca de cómo será el proyecto ubicado en Tolar Grande y anunciaron que la inversión puede llegar a los 3.600 millones de dólares. Si todo se confirma en el año 2025 empezarían las operaciones.

Pero, ¿qué es el RIGI? Con la aprobación de la mediática ley de bases también entro el RIGI. Se trata de un incentivo fiscal propuesto por el actual gobierno para atraer inversiones extranjeras, generar empleo e impulsar el desarrollo económico. Sin embargo, las preocupaciones por este tipo de prácticas en modelos extractivitas similares hacen sonar todas las alarmas.

El antecedente a esta nueva normativa es la Ley Minera en Argentina promulgada en 1995, por el cual se sentaron las bases para un modelo de desarrollo extractivista. En ese momento la pobreza en Argentina era del 22% y un año después se aprobó la autorización de transgénicos, que transformó el modelo productivo hacia la agroindustria con productos químicos que causan un impacto ambiental.

Ahora con un 57,4% de pobreza en el país, el nuevo modelo RIGI se presenta, igual que su antecesora, como una solución. Sin embargo, la nueva normativa ha sido objeto de críticas por profundizar los problemas estructurales de Argentina. En este enfoque denuncian como los intereses de las compañías agrícolas y la extracción de recursos naturales, profundizan las desigualdades económicas y socioambientales. Al centrarse en la expansión de las inversiones extranjeras, no se tiene en cuenta al productor local y a las comunidades.

¿Por qué reabrir el extractivismo? Una de las primeras aperturas mineras fue en el año 1997, donde el país argentino parecía andar sobre seguro en un momento de privatizaciones. Sin embargo, tras la crisis del 2001 y los sucesivos cambios en las políticas, en el año 2011 se anunciaron unas medidas para restringir las exportaciones y aumentar los impuestos a las empresas mineras para que las ganancias beneficiaran a la economía nacional. Sin embargo, comenzaron a desincentivarse la inversión extranjera contribuyendo a una falta de nuevos proyectos. Finalmente, en el año 2018 con el cierre de La Alumbrera quedó reflejado un estancamiento en el sector.

Ahora las nuevas reformas del gobierno de Javier Milei están enfocadas en el libre mercado y en la inversión por parte de entidades extranjeras. El RIGI busca incentivar inversiones superiores a 200 millones de dólares, ofreciendo a esas empresas estabilidad fiscal, exención de los controles de capital por una parte de las ganancias y acceso al arbitraje internacional.

Impacto ambiental. En 2019 fue elaborado un Informe de Impacto Medioambiental para el Yacimiento de Taca Taca y este año se tomará una decisión. Dichos proyectos extractivistas a gran escala pueden alterar el acceso al agua e, incluso, perjudicar los ecosistemas locales, lo que genera preocupación en las comunidades que dependen de estos recursos.

Por otro lado, la compañía canadiense deberá afrontar desafíos logísticos y de infraestructura. Para empezar, el objetivo que plantea tendrá que remover 250 millones de toneladas de roca estéril. Además, la empresa necesitará reconstruir una línea de tren que conecte el yacimiento con la costa del Pacífico en Chile. Así como, asegurar el suministro energético para una operación de tal magnitud.

Otros productores de cobre. La competencia en Latinoamérica por la extracción de materiales cada vez es más grande. Países como Chile y Perú han dominado la producción del cobre durante décadas. Sin embargo, la inversión salvaje en el extractivismo es un arma de doble filo en un momento de crisis climática y geopolítica.

Imagen | Pixabay y First Quantum Minerals

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Alba Otero

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